Según la guía del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, puesta en marcha a través del Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (INTECO), el Ciberacoso se entiende como la acción de llevar a cabo amenazas, hostigamiento, humillación u otro tipo de molestias realizadas por una persona contra otra, por medio de tecnologías telemáticas de comunicación, es decir: Internet, telefonía móvil, correo electrónico, mensajería instantánea, videoconsolas online, etc.
Hay dos características particulares del ciberacoso que lo hacen aun más peligroso:
- La agresión se puede dar 24h al día los 7 días de la semana.
- El agresor puede permanecer en una posición de anonimato dificultando su detección y favoreciendo por tanto su impunidad.
Cuando la situación de acoso tiene un componente sexual y es ejercida por un adulto hacia un menor, pasa a denominarse “grooming”.
Como hemos comentado en anteriores publicaciones, las víctimas de bullying o ciberbullying (ciberacoso), presentan una serie de indicadores que nos pueden ayudar a reconocer esta situación. Podéis consultarlo aquí: https://kliquers.org/profesores/indicadores-de-bullying-o-acoso-escolar/
Sin embargo, hoy nos gustaría centrarnos en las acciones que se pueden llevar a cabo desde los centros escolares. Vamos a ver a continuación en qué consisten algunas de las acciones que la guía de actuación contra el ciberacoso propone a los educadores:
– Comunicación: hablar con la víctima sobre lo que está ocurriendo de forma que recojamos toda la información posible.
– No culpabilizar: es fundamental que la persona se sienta respaldada y se evite responsabilizarla. Ninguna acción justifica el acoso.
– Mostrar un acercamiento emocional y empático.
– Acompañar: transmitir al acosado confianza y seguridad. Que sepa que no le vamos a dejar solo y que el centro va a acompañarle en el afrontamiento del problema.
– Tomar medidas inmediatas para detener los efectos perjudiciales. Como por ejemplo, acciones inmediatas para frenar la difusión de una foto de un menor que puede causar daños morales irreparables.
– Analizar con él respuestas ineficaces que no ayudan en el afrontamiento del problema como la parálisis, dejar pasar el tiempo, la confrontación o la sumisión.
– Buscar alternativas eficaces de afrontamiento: Como recoger datos sobre el acoso, búsqueda y apoyo de iguales y adultos, favorecer respuestas asertivas, evitar el conflicto, fomentar la comunicación, o que la escuela y la familia actúen de forma coordinada.
– Poner en marcha las decisiones tomadas:
- Activar estructuras de ayuda en el grupo de alumnos que conviven con él.
- Movilizar a los espectadores para que se posicionen de forma contraria a lo sucedido.
- Gestionar las consecuencias que debe afrontar el acosador, primando la educación por encima de la sanción, de forma que en lugar de centrarse únicamente en el castigo, se favorezca su compromiso a restaurar el daño cometido, tomar conciencia de las consecuencias de sus actos sobre los demás, y pedir perdón al acosado.
- Actuar de forma coordinada con las familias de ambas partes.
Para más información sobre detección, prevención y líneas de actuación, os recomendamos consultar la guía sobre la que hemos basado esta publicación: http://www.injuve.es/sites/default/files/Gu%C3%ADa%20de%20actuación%20contra%20el%20ciberacoso.pdf