Durante la adolescencia son muchos los cambios que observamos en nuestros hijos, pero quizás el cambio más llamativo que experimentan sea el físico. Muchas veces no les prestamos demasiada atención ya que los percibimos como algo normal, pero es importante ayudar a nuestros hijos en este nivel, ya que una mala adaptación a estos cambios y la falta de aceptación de los mismos, pueden dañar mucho su autoestima y afectarle a nivel emocional tanto en esta etapa como en la vida adulta.
Cada vez es más frecuente que en estas edades empiecen a aparecer los primeros síntomas de lo que más adelante serán trastornos de alimentación. Por ello, es conveniente estar pendientes y así favorecer esta transición física a la adultez de forma que se vaya formando una imagen corporal adecuada.
Para ello os vamos a dar uno breves consejos:
- Favorecer un espacio de comunicación en el ambiente familiar. Es importante que tu hijo sepa que puede hablar de cualquier cosa sin ser censurado, que no se van a minimizar sus problemas, sino que se van a escuchar, validar y en caso en los que se pueda y necesite, se buscará una solución o ayuda posible. Además, es importante que tenga una explicación sobre los cambios físicos antes de que estos ocurran, y que entienda como algo normal que el desarrollo de cada persona es diferente.
- Es fundamental hablar de sus virtudes sin centrarse en el físico, sino hablando de sus talentos y capacidades.
- Es aconsejable evitar hablar negativamente delante de él/ella sobre la comida y el peso, y no hacer asociaciones en relación a que la felicidad está asociada a los cánones de belleza que la sociedad impone (90-60-90). Para tu hijo, vas a ser su modelo, por tanto es importante que tengas una relación sana con la comida, y muestres una buena autoestima en relación a tu propia imagen corporal.
- Hay que tener mucho cuidado con los medios de comunicación, ya que idealizan una imagen corporal que es muy irreal, y lleva a una fuerte frustración por no poder adecuarse a esos cánones. Cuando tengas oportunidad, ve la televisión con tu hijo o lee con él de manera que puedas hablar con él respecto a lo que estáis viendo/leyendo.
- En relación a la comida, en la adolescencia es muy común tener hambre de forma continuada. Por ello es importante tener una buena dieta que sea nutritiva y sana. Se suele aconsejar comida que siendo sana sea novedosa, variar en las recetas, crear platos ingeniosos o divertidos, pero cuidando la alimentación.
- Así mismo, es bueno favorecer alguna actividad deportiva, pero no enfocada simplemente a la mejora física, sino a la necesidad de desfogar, liberar energía y descargar toda la tensión.
- En caso de que tu hijo tenga sobrepeso es aconsejable acudir a un nutricionista para que le pueda aconsejar.
- Por último, si observas que tu hijo tiene una imagen corporal negativa que puede estar afectando a su autoestima o autoconfianza (hace muchos comentarios negativos sobre su cuerpo, se obsesiona con la alimentación o con el deporte, etc.) es importante acudir a un profesional que le pueda ayudar y prevenga al mismo tiempo un problema mayor a largo plazo.