Casi todos hemos tenido alguna situación en la que hemos sentido que nos “descontrolábamos” con otras personas. No siempre nos enseñan cómo gestionar nuestros enfados, a veces sin querer se nos van situaciones de las manos y esto nos lleva a tener problemas con amigos, familiares, pareja y con nosotros mismos. Por eso queremos daros una serie de estrategias sobre lo que podéis hacer en estos momentos.
¿Alguna vez os habéis preguntado qué es perder el control?, hay dos formas:
- Inhibida: cuando ante una situación de tensión nos bloqueamos y no somos capaces de expresar nuestra opinión o cómo nos sentimos. Esto nos lleva a que guardemos toda la tensión hasta que llega un punto que estallamos desproporcionadamente.
- Explosiva: ante una situación de tensión nos alteramos hasta el punto de ser agresivos verbal o físicamente. Nos alteramos tanto que terminamos gritando, insultando e incluso dando algún golpe a algo o a alguien.
Para poder ayudarte a auto-controlarte en estas situaciones te damos una serie de pasos que si los sigues te ayudarán:
- Tienes que ser consciente de tu propia dificultad y decidir por ti mismo querer cambiar en este aspecto.
- Piensa y escribe en qué momentos es cuando más pierdes el control (situaciones, personas, etc.), cómo es tu forma de reaccionar y las consecuencias que finalmente tiene.
- En relación a tu forma de reaccionar, escribe específicamente qué notas en tu cuerpo cuando te empiezas a poner nervioso, qué piensas en esos momentos y qué es lo que haces.
- Una vez que ya conoces esto, es importante que sepas que esta reacción va en progresión, normalmente empezamos sintiendo algo físicamente (sentimos más calor, se nos empieza a acelerar el pulso, nos vamos poniendo más tensos, etc.), después le siguen los pensamientos (empezamos a tener pensamientos negativos como: “no es justo”, “siempre me hace lo mismo”…) y por último la conducta (es frecuente que alcemos la voz, perdamos las formas, insultemos e incluso demos un golpe a alguien o algo). Por ello, queremos proponerte unos trucos para que los pongas en marcha cuando empiezas a sentir esas reacciones en tu cuerpo de tensión. Ve probando los distintos trucos para comprobar cuál es el más eficaz en tu caso:
- Técnica de respiración profunda: Inspira profundamente mientras cuentas mentalmente hasta cuatro, mantén la respiración mientras cuentas mentalmente hasta cuatro y suelta el aire mientras cuentas mentalmente hasta ocho. Repite el proceso una serie de veces.
- Tiempo fuera: cuando notas que te vas alterando sal de la situación aunque sean solo unos minutos y en este tiempo intenta distraerte, relajarte y si ves que consigues calmarte puedes volver a acercarte a resolver la situación.
- Irse: es igual que el truco anterior, pero sin la intención de volver al rato para solucionar la situación. Si ves que estás muy alterado es mejor hablar o solucionar las cosas otro día.
- Auto-verbalizaciones: ya sabemos que hay una serie de pensamientos que aparecen en nuestra cabeza en los momentos de tensión, por ello lo que tenemos que hacer es darnos cuenta de cuándo aparecen y cambiar estos pensamientos por otros que nos ayuden a calmarnos (ej. Calma, no te metas en líos, relájate, no vale la pena, respira y vete, cuenta hasta diez, etc.)
Entendemos que quizás es complicado aprender una nueva forma de comportarse ante situaciones de tensión, pero estamos seguros de que si lo intentas lo conseguirás ¡Ánimo!