7 de abril de 2016

Cómo disminuir las conductas negativas en el aula

Son muchas las dificultades que como profesores nos encontramos en el aula, pero quizá una de las más complicadas sea tener uno o varios alumnos que presentan comportamientos disruptivos. Por ello, os queremos facilitar las siguientes técnicas que bien aplicadas favorecen la reducción de dichas conductas negativas.

  1. Retirada de la atención – Extinción: Consiste en retirar automáticamente la atención al alumno ante conductas negativas (gritos, insultos, tirar cosas, etc.). Se le enseña que efectuando peticiones de modo inadecuado no va a conseguir nada. La retirada de atención se puede utilizar siempre que las conductas se puedan ignorar y no supongan un riesgo o perjudiquen a otros. Lo que hay que hacer es no prestar atención en ese momento, no mirarle, reprocharle o gritarle, simplemente se podría decir algo como “Cuando estés tranquilo hablamos”. Al principio, al ser ignorada la conducta disruptiva, puede incrementarse en intensidad y frecuencia. Cuando esto ocurra, es muy importante seguir ignorándola. En caso de no poder ignorarla debido a su intensidad, aplicar otro tipo de consecuencia negativa.
  2. Tiempo fuera: se utiliza cuando el alumno realiza una conducta negativa en el aula o cuando no es posible que el resto de compañeros retiren la atención de él reforzando por tanto su mal comportamiento. Es importante retirarle a un espacio poco interesante y alejado de otras actividades y distracciones. Por ejemplo, sentarle en una mesa solo, alejado de los demás, o en un asiento fuera del aula, sin una ventana cerca ni nada con lo que entretenerse. Decirle con tono firme pero calmado que está haciendo cosas que molestan a los demás y por ello va a estar un tiempo (decirle exactamente cuánto, cuanto más mayor más tiempo, pero nunca más de 15 minutos) en tal sitio para pensar.
  3. Coste de respuesta: consiste en quitarle un privilegio al menor (recreo, excursión, ). Siempre hay que dar la instrucción previa (ej. “Pedro si no haces el ejercicio no hay recreo”), y una vez que no se cumple la conducta se le repiten las consecuencias, es fundamental no incumplir lo que se le ha dicho y levantar el castigo, por tanto no se le puede castigar con algo que no está en nuestra mano.
  4. Sobre-corrección: consiste en que el alumno intente reparar las consecuencias de su mala conducta. Se le puede pedir que repita muchas veces la conducta correcta o si estropea algo tiene que ayudar en su reparación o sustitución (Ej. Pedir disculpas, traer otro cuaderno, recoger el material, etc.)

Tan importante o más que lo anterior, es saber cómo fomentar las conductas positivas en el aula. Para ello, os hemos preparado unas pautas recogidas en el post «Cómo fomentar el buen comportamiento de los alumnos«.

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