Antes de comenzar, conviene diferenciar el concepto de timidez del concepto introversión. Por un lado, la timidez supone una baja interacción social debido a que la persona siente ansiedad social, mientras que las personas introvertidas se relacionan menos sencillamente porque son más reservadas y tranquilas.
Esta diferenciación es importante dado que si nuestro hijo es introvertido estamos hablando de un rasgo de personalidad que debemos respetar y que no se puede cambiar por mucho que se fomente la interacción con otras personas.
En la sociedad occidental, sobre todo en países como España o EEUU, la extroversión se relaciona con una mayor competencia y deseabilidad social, mientras que la introversión se tiende a etiquetar, y a diferencia de otras culturas como la oriental, no se aprecian tanto cualidades asociadas como el ser observador, tranquilo, reflexivo, creativo, idealista o soñador. Sin embargo, cerca del 40% de la población es introvertida, lo cual da que pensar…
Por tanto, si nuestro hijo desea acercarse a los demás pero lo hace con recelo, cautela o tiende a evitarlo por la ansiedad que le genera, estaremos hablando de timidez.
La ansiedad social está relacionada con el miedo a la evaluación negativa y el miedo a afrontar determinadas situaciones sociales, sobre todo si son desconocidas.
En estos casos, es frecuente que la dificultad de interacción social se vea aumentada por un déficit de habilidades sociales que supone una barrera para el niño dado que no solo teme la interacción si no que no tiene habilidades para afrontarla.
Estas dificultades, fomentan que nuestro hijo evite las situaciones sociales y se aísle poco a poco repercutiendo esto negativamente en su autoestima.
Otras características comúnmente asociadas con la timidez son las siguientes:
- Autovaloración negativa
- Tendencia a subestimarse
- Sentimientos de inferioridad
- Alta autoexigencia y autocrítica
- Hipersensibilidad
- Autopercepción negativa de su propia competencia social
Si nuestro hijo muestra niveles muy altos de ansiedad social o niveles muy bajos de Habilidades sociales, es importante que se acuda a un profesional.
Esperamos que haya sido de ayuda esta información, el primer paso para ayudar a nuestro hijo a afrontar su timidez es entender en qué consiste. Para aquellos interesados, podéis encontrar en este mismo blog pautas y orientaciones concretas sobre cómo ayudar a vuestro hijo a gestionar su timidez.