19 de noviembre de 2019

Cuando toca negociar, cómo hacerlo

Cuando nuestros hijos alcanzan la adolescencia, la negociación se convierte en una habilidad necesaria para llegar a acuerdos sobre cuestiones que deben ir adecuándose a su edad.

Partimos de la base de que no todo es negociable. Cada familia tiene que establecer sus propias normas y límites adaptados a su situación particular. Podríamos decir que los padres son los líderes de la familia y que por lo tanto a menudo tomarán decisiones sin consultar a los demás. La familia deberá respetar esta autoridad dado que al fin y al cabo deben entender que lo que se decide es por el bien de todos.

Sin embargo teniendo en cuenta que un padre se hace, no se nace, podemos no saber cómo establecer determinados límites a medida que nuestros hijos crecen. En estos casos, a parte de informarse y formarse para saber cómo acompañar a nuestros hijos en distintos aspectos fundamentales, nos será útil utilizar la negociación, por ejemplo: uso de nuevas tecnologías, horarios de salidas, rutina, participación en las tareas de la casa, administración de la paga, etc. Otra ocasión favorable, será aquella en la que veamos que es imposible que se cumpla nuestro objetivo de forma completa.

La negociación tiene dos objetivos fundamentales:

  • Alcanzar un acuerdo compartido manteniendo un coste emocional adecuado y una buena relación con el otro.
  • Buscar una solución intermedia y viable que será aceptada por todos.

¿Cómo negociar?

Todos los miembros de la familia que participen en la negociación deben:

  • Mantener una actitud de escucha y diálogo.
  • Ser capaces de ponerse en el lugar del otro.
  • Entender que a veces uno tendrá que posponer o modificar sus objetivos a favor de otros más adecuados a la situación, o como forma de mantener una buena relación con los demás.

Pasos de la negociación:

  1. definir la situación problema: ¿cuál es el objetivo de cada uno?, ¿en qué se diferencian nuestros objetivos?
  2. Comunicar mi opinión acerca del problema.
  3. Preguntar a la otra persona su opinión.
  4. Escuchar abiertamente su respuesta.
  5. Pensar sobre porqué la otra persona se siente así.
  6. Proponer una alternativa, un término medio. Comentar lo que estoy dispuesto a ceder o a ofrecer.
  7. Escuchar lo que la otra persona está dispuesta a ofrecer.
  8. Tomar conciencia de mis limitaciones: en qué medida estoy siendo demasiado rígido o flexible.
  9. Llegar a un acuerdo.

 

Os proponemos un juego para practicarlo: Queréis hacer un viaje en familia y cada uno de vosotros asume un rol distinto: marido, mujer e hijo. El conflicto aparece cuando el padre quiere ir a la montaña, la madre a un pueblo con encanto y el hijo a la playa. Tratad de llegar a un acuerdo poniendo en práctica lo visto anteriormente y finalmente evaluad los comportamientos que han facilitado o dificultado la solución.

Os animamos a seguir practicando la negociación poco a poco en situaciones cotidianas.

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