12 de marzo de 2015
Descubriendo el talento, autoestima
¿Qué es la Autoestima?
Veíamos antes cómo ayudar al adolescente a construir un autoconcepto positivo, ajustado a la realidad de sus comportamientos. El paso siguiente es la autoestima, que se puede definir como la valoración que hace de sí mismo a raíz de sus sentimientos y experiencias a lo largo de su vida.
Ante un autoconcepto ajustado a la realidad, el adolescente puede sentir que vale mucho o que vale poco. Y eso no depende del autoconcepto, sino de cómo se siente frente a ese autoconcepto. Si los elementos negativos de su autoconcepto son para él más importantes que sus virtudes, su autoestima será baja; si sus virtudes le parecen más importantes que sus facetas negativas o puntos débiles, entonces tendrá una alta autoestima.
Desenvolverse en la vida con alta autoestima aumenta las posibilidades de ser feliz, de desarrollar unas relaciones con los demás sanas y enriquecedoras, de tener habilidades sociales… Y lo contrario ocurre si la autoestima está baja.
¿Cómo se forma la Autoestima?
A lo largo de la vida, como ocurría con el autoconcepto, nuestra autoestima va variando, pues también depende de lo que nosotros sentimos y experimentamos en cada momento y de lo que los demás nos transmiten sobre lo que nos valoran y estiman, si nos aceptan o nos rechazan.
Y, como ocurría en el Autoconcepto, el peso de los otros frente a los propios pensamientos varía con la edad, así como los grupos de referencia más influyentes en la formación de la misma:
¿Cómo influye la autoestima en el día a día del adolescente?
La autoestima es clave en todas y cada una de las facetas de la vida del adolescente, afectando, tanto si la autoestima es alta como si es baja, en lo que piensa y siente, en cómo se comporta, en su capacidad para aprender, en su rendimiento escolar, por tanto, en cómo se relaciona con los demás y en la capacidad para crear y experimentar con cosas nuevas.
En la medida en que tenga una autoestima alta, sus pensamientos y su capacidad para expresar sus sentimientos, relacionarse con los demás, estudiar, experimentar se verán reforzadas. Y en cambio, si tiene una autoestima baja, se verá limitado para ser feliz, para conseguir logros en el aprendizaje, en la relación con los demás, no se sentirá seguro a la hora de crear…
El adolescente está en unos años de su vida decisivos para la formación de su personalidad adulta. Ayudarle a mejorar su autoestima es una obligación para todo adulto con responsabilidad sobre él.
¿Qué hacer ante una baja Autoestima?
Para reconocerla, debemos saber que la baja autoestima no deja de ser una distorsión del pensamiento, una forma inadecuada de pensar. Se valoran muy poco a sí mismas, al tiempo que son extraordinariamente perfeccionistas sobre lo que deberían ser o lograr. Podemos encontrar los siguientes síntomas de baja autoestima en nuestro hijo:
- Aprende con dificultad, pues cree que no puede, que es demasiado difícil para él.
- Adquiere hábitos de crítica a los demás, de envidia y descontento desde un espacio de victimismo.
- Cuando surgen problemas, echa la culpa a las circunstancias y a los demás. Encuentra siempre excusas para sí mismo.
- Se acobarda ante la posibilidad de que los demás le critiquen y es hipersensible cuando finalmente le critican.
- Hace una autocrítica muy rigurosa, creando un estado habitual de insatisfacción consigo mismo.
- Tiene una indecisión crónica ante su miedo excesivo a equivocarse.
- Demasiado pendiente por complacer, sin atreverse a decir “no” por temor a no gustar.
- Excesivo perfeccionismo y autoexigencia.
- Sentimientos de culpabilidad excesivos.
- Hostilidad e irritabilidad a flor de piel, estallando por cualquier cosa pequeña.
- Actitud supercrítica, casi todo le sienta mal y le disgusta.
- Tendencias depresivas.
Al igual que ayudábamos al adolescente a construir un autoconcepto más reflexivo y racional, debemos ayudarle a mejorar su autoestima.
En la familia tenemos múltiples ocasiones para demostrarle lo valioso que es para nosotros. Aquí no es fácil fingir. Si hacemos todo esto, le demostraremos que es valioso para nosotros:
(adaptado de +familia, Programa Prevención Familiar de la Agencia Antidroga)
- estimular la imaginación
- apoyar sus iniciativas
- demostrarle que le queremos (verbalmente y a través del contacto físico),
- ser efusivos y claros con lo que ha hecho bien
- destacar sus virtudes cuando resulte oportuno
- reforzar sus logros reales (no las obviedades)
- esforzarnos en hacer una crítica constructiva que persiga ayudar a que supere sus dificultades,
- buscar soluciones con ellos, no darle todo hecho,
- negociar escuchando y aceptando sus puntos de vista,
- proponer retos posibles y adecuados a su capacidad para asumirlos.
Ya hemos visto que en este momento de su desarrollo, el hecho de ser valioso para nosotros no será suficiente para tener una alta autoestima, porque necesita sentir que es valioso para sus iguales, pero estaremos contribuyendo a que nuestra influencia sume y no reste.
Por otro lado, los síntomas que nos han hecho ver en nuestro hijo su baja autoestima podremos tratarlos ayudándole a racionalizar los sentimientos autodestructivos que los originan:
- “Frena los pensamientos negativos”, destructivos: pedirle que los invierta y que practique pensando lo contrario, pasándolos a positivo: del “no soy bueno en esto” a “voy a intentarlo”, de “no puedo hacer nada” a “cuando me lo he propuesto, he tenido éxito”.
- “No generalices las experiencias negativas”. Ayudarle a pensar en ellas y a ubicarlas en su contexto temporal y circunstancial, identificando situaciones similares en las que la experiencia no fue negativa.
- “Céntrate en lo positivo”: acostumbrarse a observar lo positivo que tiene y a considerar esas virtudes como elementos de su personalidad mucho más importantes que sus defectos. Que sus virtudes son las que le van a ayudar a alcanzar sus metas, no sus defectos y que, además, son las que pueden servir de ayuda a otros.
- “Sé consciente de tus logros y éxitos”. Además de animarle a dar más importancia a sus virtudes que a sus defectos, debemos ayudarle a recordar situaciones concretas en las que hizo bien las cosas.
- “No te compares con los demás”. Todos tenemos cualidades positivas y negativas. Aunque nos veamos “peores” que otros en algunos aspectos, seguro que somos “mejores” en otros. No tiene sentido estar comparándose ni sintiéndonos “inferiores” a otros.
- “Confía en ti mismo”. Hacerle ver que debe confiar en sus capacidades y en sus opiniones, ayudándole a recordad situaciones en las que su punto de vista fue el acertado, donde su opinión se tuvo en cuenta y gracias a eso las cosas salieron mejor… Hacerle ver que lo importante es actuar conforme a lo que piensa y siente, sin preocuparse excesivamente por la aprobación de los demás.
- “Acéptate a ti mismo”. Con sus cualidades y defectos, ante todo es una persona importante y valiosa. Ni más ni menos que los demás.
- “Esfuérzate por mejorar”. Cuando consiga superar algún aspecto concreto de su personalidad que no le agrada, mejorará su autoestima y se sentirá reforzado para acometer la siguiente mejora. Ayudarle a revisar qué puntos débiles de su personalidad querría cambiar, a plantearse metas concretas a conseguir en cada uno de ellos y a reconocer cualquier logro que observemos en este sentido.
Valores:
Problemáticas:
Otros contenidos relacionados
- 0,1 min read
8. La armadura - Metáforas ACT para liberarte de la tiranía de la mente ...
- 0,7 min read
Paz Gómez Ferrer, psicóloga y coach especializada en talento, habla de la empleabilidad en la sociedad del conocimiento. ...
- 0,1 min read
La nutrición debería ser una asignatura obligatoria en los colegios