26 de junio de 2015

Estilos educativos en la familia

Según el grado de control que se establece sobre los hijos, es decir, el grado de influencia en el seguimiento de su conducta, y el grado de apoyo que se les brinda, es decir, si se les hace sentir aceptados, queridos y respetados, podemos identificar distintos estilos educativos que tendrán en nuestros hijos consecuencias relevantes en el desarrollo de su inteligencia emocional:

estilos-educativos-en-familiaEstilo Autoritario:

elevado nivel de control y escaso nivel de apoyo.

Definición:

  • Es un estilo en el que existe un elevado número de normas que están claramente definidas, así como las consecuencias de no respetarlas.
  • No se hace mucho caso del comportamiento normal de los hijos. Sólo se está atento a lo excepcional y a las desviaciones de la norma, por mínimas que éstas sean.
  • No se toleran los errores, aunque sean necesarios para llegar a realizar algo bien.
  • Tienen dificultad para conciliar la autoridad con el diálogo.
  • Pocas expresiones de afecto.
  • Poca escucha

Consecuencias en los hijos educados con este estilo:

  • Acaban sintiendo rencor hacia sus educadores, reaccionando con la mentira o rebelándose.
  • Su criterio para la toma de decisiones es la de evitar el castigo.
  • Suelen ser personas conformistas, poco creativas, con un bajo nivel de autonomía, necesitando el control externo (personas pasivas).
  • Bajos niveles de autoestima y ansiedad.

Estilo Sobreprotector:

elevado nivel de control y elevado nivel de apoyo.

Definición:

  • Son padres muy sensibles e interesados por sus hijos.
  • Con un nivel excesivo de preocupación por ellos.
  • No dejan que el hijo ensaye respuestas de manera autónoma, para evitar que se equivoque, que se haga daño.
  • Se le facilita todo. Se le limitan las responsabilidades; no se le va brindando autonomía a medida que va creciendo.
  • No saben decir que “NO”.

Consecuencias en los hijos educados con este estilo:

  • No adquieren hábitos adecuados, pues todo se lo hacen sus padres.
  • Bajo nivel de autocontrol. Si los retos a los que se enfrentan no son importantes, les va bien, pero ante situaciones difíciles, se encuentran poco preparados.
  • Bajo nivel de tolerancia a la frustración, llevándoles a reacciones de ira con frecuencia.
  • Mayor probabilidad de recurrir a evasiones ante las dificultades (drogas).
  • Son más creativos que los educados en otros estilos, pero como no están habituados a la disciplina necesaria para plasmar dicha creatividad, no llegan a expresarla de manera adecuada.
  • Poca empatía y despóticos.

Estilo Negligente:

bajo nivel de control y bajo nivel de apoyo.

Definición:

  • No se presta atención a los distintos comportamientos del hijo: normales, excepcionales o erróneos.
  • Bajo nivel de exigencia.
  • Se delega la responsabilidad parental en otras figuras del entorno del hijo (servicio doméstico, otros familiares, centro escolar…).

Consecuencias en los hijos educados con este estilo:

  • Si aprenden, es por casualidad.
  • No adquieren hábitos adecuados al ni haber un nivel de exigencia adecuado.
  • Buscan el apoyo en otras personas fuera del círculo familiar, al no encontrarlo dentro.
  • Presentan niveles altos de ansiedad y poca seguridad en sí mismos.
  • Autoestima baja.

Estilo Asertivo:

bajo nivel de control y alto nivel de apoyo.

Definición:

  • Los espacios de libertad van aumentando a medida que el hijo crece y a medida que la conducta del hijo es mejor. Se amplían a medida que el hijo puede asumirlos.
  • Prestan atención a los comportamientos normales de los hijos, destacan los excepcionales, ignoran los pequeños errores y corrigen y castigan las desviaciones mayores.
  • Las normas y los objetivos están claros.
  • Se le van pidiendo responsabilidades a medida que las puede ir afrontando, no antes, pero tampoco después.
  • Es un estilo que lleva implícitas unas relaciones afectivas adecuadas.
  • Los padres tienen seguridad en sí mismos y no temen el diálogo con los hijos, aunque no ceden a sus chantajes.
  • Son coherentes, no arbitrarios.
  • Tienen paciencia.

Consecuencias en los hijos educados con este estilo:

  • Niveles altos de autoestima y autonomía.
  • Tienen hábitos adecuados.
  • Toman las decisiones de manera serena y basadas en criterios personales.
  • Dependen menos del grupo de iguales, manteniendo la familia unos mayores niveles de influencia y una mayor capacidad de persuasión en los hijos.
  • Toman la iniciativa para acometer nuevas tareas, pues se sienten seguros de sí mismos.
  • Son, por tanto, personas más creadoras e innovadoras.

En la familia tradicional, nos enfrentamos a dos estilos educativos: el del padre y el de la madre. Si los estilos no son coincidentes y no se es capaz de establecer unos consensos mínimos, se vivirá en permanente conflicto, ante el que los hijos aprovecharán para salirse con la suya.

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