La educación afectivo sexual debería comenzar en casa alrededor de los 5 años de edad. En ese momento comienzan las preguntas sobre qué es esto y aquello, o de dónde vienen los niños. Sin embargo, con frecuencia los padres reciben esta naciente curiosidad con aprehensión por lo que salen del paso como pueden evitando dar demasiada información.
Con el paso del tiempo, muchos niños aprenden que papá y mamá no quieren hablar del tema. Perciben que no están cómodos y por tanto dejan de preguntar. Pasados unos años, en la adolescencia vuelve la curiosidad de una manera mucho más fuerte y es entonces cuando los padres quieren actuar de forma urgente. Sin embargo, como comentaba, las bases del diálogo sobre la sexualidad se definen en la infancia y si antes no se abordó con naturalidad, será difícil hacerlo en la adolescencia.
Nuestra forma de hablar sobre la sexualidad, tiene mucho que ver con cómo la vivimos y la concebimos nosotros. Lo ideal sería ser capaces de recoger las preguntas de nuestros niños entendiendo lo que nos preguntan realmente y evitando censurar o eludir sus cuestiones. Es importante hablar de la sexualidad con ellos sin miedo a que puedan perder la inocencia.
La sexualidad no es un riesgo ni un peligro, lo son las conductas de riesgo cuando uno se relaciona de forma inadecuada con esta dimensión de su persona. La pornografía hace mucho daño en este sentido. A través del fácil acceso que los jóvenes tienen a ella, adquieren una imagen distorsionada, manipulada, utilitarista y reducida de la persona y de la sexualidad. Esta imagen distorsionada influye luego en las demandas y expectativas que tienen muchos cuando comienzan una relación sentimental con otra persona, sobre todo las que tienen los chicos hacia las chicas. Por ello, a parte de una buena educación afectivo sexual, en determinadas edades es preciso controlar y establecer límites al acceso de determinados contenidos y poco a poco ir enseñando a manejar la información.
Así mismo, como dice la sexóloga Nieves González Rico, falta mucha ternura en las relaciones de nuestro día a día, por lo que muchos chicos y chicas terminan buscando relaciones SOS para suplir esa falta de amor, por la que están dispuestos a cumplir demandas que por otro lado pueden incluso llegar a humillar y maltratar a su persona.
Vosotros profesorestenéis la oportunidad de observar a vuestros jóvenes. Seguro que a vuestros oídos llegan muchas historias de cómo unos y otros lo viven, lo disfrutan o lo sufren. Tenéis por tanto también la oportunidad de ayudar a vuestros chicos a enfocarlo de una manera sana y respetuosa. Uno de los pilares para que así sea, es aprender que la vida es un regalo, que el cuerpo es un tesoro y que como tal se debe cuidar y proteger. Aprender a cuidar y velar de lo que es íntimo, como algo valioso, incluidas nuestras preciadas y sensibles emociones y pensamientos.