11 de marzo de 2019

NORMAS Y LÍMITES. ELEGIR BIEN LAS BATALLAS EN CASA

Las normas y los límites son necesarios en la mayoría de los ámbitos, pero cobran especial importancia en el ámbito familiar. Fundamentalmente con los niños, puesto que ellos están en una fase de desarrollo de la capacidad de prever las consecuencias de sus acciones. Por ello es necesario que como padres seamos una guía que marque este aprendizaje hasta que el niño de forma interna sea capaz de controlar su propia conducta, habiendo interiorizado las normas y límites.

Además, es importante señalar que las normas dan seguridad. Cuando no tenemos fijado el camino a seguir aparece la incertidumbre y la sensación de pérdida de control. Por ello es normal que en los hogares donde las normas son difusas o variables, los hijos y los padres tengan más conflictos y mayores niveles de ansiedad.

¿Esto significa que hay que poner normas explícitas para todo?La respuesta es NO, si llenamos de normas la convivencia es probable que muchas de esas normas pierdan valor, no sean cumplidas y los hijos tengan la sensación de vivir en “un cuartel militar”. Hay que elegir bien las batallas en casa.

Cuando tenemos hijos más pequeñossí es importante tener bien establecidas las normas y consecuencias de un mayor número de conductas. Pero priorizando las normas relacionadas con el respeto (No gritar, insultar, pegar…) y con la rutina diaria (hacer los deberes, ducharse…). Cuando nuestros hijos son adolescentesestas normas en la mayoría de los casos han quedado interiorizadas, pero es importante mantener firmes las normas de respetoen casa y aprender a negociarcon ellos los tiempos y límites de otros aspectos importantes de su vida (estudios, tiempos de salida, uso del móvil, etc.)

La adolescencia es por naturaleza una época de exploración y de cuestionamiento, esto supone que las normas y los límites van a ser cuestionados de forma continuada. Es algo positivo porque significa que están empezando a desarrollar un pensamiento crítico propio y que al relacionarse con otros grupos de referencia ajenos a la familia pueden comparar. Por ello es necesario que los adolescentes formen parte de la decisión de las normas y límites a cumplir. Si sienten que las normas son injustas o que un modelo autoritario les quiere imponer algo no razonado, lo normal es que busquen saltarse las normas de manera continuada y desafíen a esa autoridad.

Por todo ello os sugerimos unas breves pautas que os pueden servir para ajustar las normas en familia:

  • Padres pensad primero cuáles son los aspectos más importantes para vosotros. Además del tema del respeto que es la base de la convivencia, pensad qué es lo que más os preocupa: estudios, tiempos de salida, orden en casa. A veces caemos en estar guerreando por tonterías como “si ha dejado la tapa abierta del retrete”, “si se ha dejado un calcetín en el suelo”… y lo que hacemos con esas guerras es que pierdan fuerza otras más importantes.
  • Diferenciar si la norma surge desde mi necesidad o desde el querer educar.Muchas veces queremos imponer a nuestros hijos amistades, obligaciones, costumbres… y no entendemos que ellos no son un apéndice de nosotros. Van a tener sus propios criterios y gustos. Además, no hay mejor manera de aprender que el propio error. Por ello hay que tener cuidado con poner normas que no nos pertenecen.
  • Ser coherentes con las normas. Los padres somos modelos de aprendizaje. Por ejemplo las normas de respeto deben ser para toda la familia, no podemos obligar a nuestro hijo a que “nos respete” y no nos alce la voz si nosotros gritamos continuamente.
  • Dejar por escrito las normas. Con las prisas del día a día es fácil olvidar las normas fijadas en casa o mantener el control de su cumplimiento de manera continuada. Por ello, lo mejor es tener apuntado en algún lugar visible de la casa las normas y consecuencias de no cumplimiento.
  • Hacernos los ciegos.Como decíamos antes, hay que elegir bien las batallas. Eso implica en muchos casos ignorar cosas que nos molestan para no desgastar la convivencia y el poder de las normas en casa.
  • Tener cuidado con los chivateos si hay hermanos. Lo más coherente es que solo se apliquen sanciones en caso de haber observado o escuchado una conducta negativa. Para que haya un buen clima familiar no se deben escuchar los chivateos de unos hermanos hacia otros.
  • Negociar y renegociar si tenemos un hijo adolescente. Es muy importante que los límites sean negociados con ellos y se acuerden momentos donde se revisen y puedan ser ampliados, en la medida que se van ganando nuestra confianza.
  • Una forma de evitar conflictos a la hora de marcar normas como horarios de salidas, paga, móvil, etc… es comentarlo con otros padres del grupo de amigos de tu hijo, para intentar acomodar de una forma razonable los beneficios o permisos que él tiene respecto a su grupo. Aunque cada familia puede tener su criterio en relación a estos temas, siempre es bueno que no haya una diferencia inmensa entre los beneficios y restricciones que tienen los chicos dentro de un mismo grupo.
  • Dar espacio a las emociones negativas. Se debe permitir el enfado, la tristeza o la ansiedad entre padres e hijos. Es normal que tu hijo se enfade ante un nuevo límite o se frustre por no obtener lo que él querría. Lo importante es empatizar con esa emoción, “ponernos en sus zapatos” y no enfadarnos o recriminar la presencia de emociones negativas.

 

Esperamos que estas breves pautas os sean de utilidad.

Photo Visualhunt

Compártelo

Valores:

Temáticas:

Problemáticas:

Otros contenidos relacionados

  • 0,1 min read

    8. La armadura - Metáforas ACT para liberarte de la tiranía de la mente ...

  • 0,7 min read

    Paz Gómez Ferrer, psicóloga y coach especializada en talento, habla de la empleabilidad en la sociedad del conocimiento. ...

  • 0,1 min read

    La nutrición debería ser una asignatura obligatoria en los colegios

  • 0,1 min read

    7. El jardín - Metáforas ACT para liberarte de la tiranía de la mente ...