12 de junio de 2019

¿QUÉ PUEDO HACER SI TENGO UN ALUMNO CON TDA-H EN EL AULA?

Actualmente el porcentaje de aulas con algún niño con este diagnóstico es muy alto. Hay que tener en cuenta que entre el 6% y el 10% de los menores presenta un diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Es el trastorno del neurodesarrollo infantil más frecuente. Por ello, es bueno conocer un poco más las peculiaridades de los alumnos con estas características y tener recursos para saber cómo gestionar sus dificultades en el aula.

Hay que tener en cuenta que dentro de este diagnóstico se engloban 4 perfiles muy distintos de alumnos, estos son:

  • Alumnos con afectación solo atencional: son aquellos alumnos que “se distraen con una mosca”, les cuesta mantener la concentración, cometen errores tontos o pueden parecer poco motivados por la asignatura, pero en el fondo el problema es que no son capaces de mantenerse atentos a explicaciones largas. Estos alumnos no se muestran impulsivos, ni suelen estar moviéndose ni molestando a otros.
  • Alumnos con afectación prioritaria del nivel de impulsividad/hiperactividad: son aquellos alumnos que “no paran quietos”, muchas veces se confunden sus actos con problemas de conducta, pues tienden a hacer bromitas de forma continuada, molestan, hablan en clase, o se suelen meter en líos con profesores y compañeros dado que la impulsividad les lleva a tener poco control de sus interacciones. Suelen levantarse y moverse sin permiso y solicitan ir al baño de forma recurrente.
  • Alumnos con afectación en su velocidad de trabajo: son aquellos alumnos con un diagnóstico de TDA-H subtipo tiempo cognitivo lento. Puede parecer que no tienen problemas a nivel de conducta e incluso puede parecer que atienden bien. Sin embargo solemos encontrar que van retrasados en las tareas que se les piden, no les suele dar tiempo a terminar los exámenes, les cuesta coger apuntes y a veces también seguir el ritmo de la clase.
  • Y por último, los alumnos que muestran más de una de las afectaciones previamente descritas. Serían niños con un diagnóstico de TDAH subtipo combinado.

Hay que tener en cuenta que cada alumno es distinto y que muchas veces a las dificultades previamente descritas se les pueden sumar las dificultades propias de su edad, problemas emocionales, dificultades sociales… Lo que sí es recurrente en estos casos es la afectación en el área académica, que suele conllevar o bien una bajada de la motivación por el aprendizaje o una frustración debido a un esfuerzo muy superior a los resultados que obtienen a nivel académico y por ello una afectación a nivel de autoestima.

Lo primero a tener en cuenta, si observamos a un alumno con estas características, es pedir al equipo de orientación del centro escolar que realice una valoración del alumno y si pueden pasen las pruebas pertinentes para establecer un diagnóstico. El equipo de orientación ayudará no solo a hacer la valoración, sino que gracias a su diagnóstico es probable que recomiende la supervisión y tratamiento por parte de un neuropediatra. Así mismo propondrá las alternativas oportunas en relación al protocolo de adaptaciones que estipula el centro escolar.

En relación al aula, os dejamos algunas recomendaciones que os pueden ser de utilidad si tenéis un niño con este diagnóstico:

  • Favorecer el apoyo individualizado en aquellas asignaturas que puedan suponerle más esfuerzo. Ayudará a que el alumno no se sienta tan perdido y aumente su motivación por dicha asignatura.
  • Favorecer su motivación por los aprendizajes, haciéndose el refuerzo independiente del resultado y propiciando por tanto, la consecución de un proceso diario.
  • Proporcionar más tiempo ante tareas que impliquen un análisis más profundo de la información o que vayan a ser posteriormente valoradas curricularmente.
  • Pedir al equipo de orientación que te ayude en las adaptaciones metodológicas de los exámenes o si el examen es muy largo ver qué parte de la prueba puede hacerse de forma oral.
  • Colocarle en una posición en clase donde se disminuya la posibilidad de desatender y pueda ser ayudado por vosotros o un compañero.
  • Darle pequeñas pistas visuales de forma que podamos llamar su atención sin tener que recurrir a verbalizaciones que puedan dejarle en desventaja respecto al grupo o generar una comparación peyorativa con los iguales.
  • Trabajar con antelación la organización de las tareas y la consecución de los objetivos, de forma que pueda secuenciar su tiempo y su esfuerzo.
  • Fomentar el uso correcto de la agenda, supervisando que el niño tenga apuntados los deberes, pero sobre todo los exámenes y trabajos. Recordar las instrucciones y fechas de tareas y trabajos de manera repetida para toda la clase. Al igual suele ser de gran ayuda supervisar que lleve a casa las asignaturas (libros y cuadernos) con las que tenga que trabajar para futuros exámenes o deberes.
  • Intentar no penalizar de forma significativa los despistes, «fallos tontos», incluso que el niño se mueva o desatienda. Intentar que el menor nos vea como alguien que puede ayudarle a gestionar la sintomatología propia del TDA-H no como alguien que sanciona de forma repetida algo que a veces el alumno no puede controlar.
  • Cuando se observa un exceso de inquietud motora o dificultad para engancharse de forma persistente a nivel atencional, conviene intentar romper la dinámica pidiéndole una tarea que implique movimiento («borrar la pizarra, ir a por algo a secretaría…») o simplemente dejarle ir al baño o beber agua.
  • Crear un contrato conductual o una economía de puntos específica con el chico, haciendo más motivante y beneficioso el «portarse bien». Recordad que hay algunos aspectos importantes a tener en cuenta cuando queramos generar estos contratos:
    • Se debe detallar las conductas que esperamos que cumplan. Poner siempre objetivos realistas (ej. un niño con TDA-H no puede estar toda la hora sin desatender/moverse/hablar).
    • Se debe especificar lo que obtendrá el niño (los beneficios o puntos)
    • Cada hora de clase debe ser un borrón y cuenta nueva para que el niño pueda reajustar su conducta.
    • Es bueno negociar con él los reforzadores o beneficios que obtendrá.

Esperamos que estas ayudas os puedan ser de utilidad.

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